14/2/2004
Skunk D.F. se presentaba en la sala granadina ‘Planta Baja’ con su nuevo tercer álbum bajo el brazo ‘Neo’, un trabajo éste que en directo lo representan con total soltura y más fuerza aún que con la que se percibe en el disco, que no es poca. Considerados por muchos como los máximos exponentes del ‘Nu-Metal’ del estado español, Skunk D.F. impartió...
14/2/2004
Skunk D.F. se presentaba en la sala granadina ‘Planta Baja’ con su nuevo tercer álbum bajo el brazo ‘Neo’, un trabajo éste que en directo lo representan con total soltura y más fuerza aún que con la que se percibe en el disco, que no es poca. Considerados por muchos como los máximos exponentes del ‘Nu-Metal’ del estado español, Skunk D.F. impartió lecciones magistrales de cómo se puede dar lo máximo en el escenario sin descuidar la técnica, con una experimentada puesta en escena (se nota su exitoso paso por festivales de renombre como el Festimad) y encima que transmitan desde el escenario toda esa fuerza y contundencia a un público que, en ocasiones compartía con Germán (voz) la interpretación de las canciones.
El quinteto madrileño tuvo la oportunidad, ante unos 150 asistentes, de descargar toda su rabia e ira en forma de música y letras, con un gran contenido de denuncia, vomitando sentimiento en cada uno de los aproximadamente quince hits del que se compuso el concierto.
El combo metalero comenzó su actuación con una puntualidad inusitada en este tipo de conciertos. Faltaban algunos minutos para las once de la noche cuando, ante una sala en su mitad de aforo, cogieron sus 'armas' para abrir su set con la canción que abre su último disco: ‘la nueva voluntad’, una canción con una fuerza descomunal que ya saciaba las ganas del personal de mover la cabeza arriba y abajo a ritmo de las baquetas de Álvaro García.
Siguieron con su ‘Realismo’ para dejar paso al protagonismo de temas de Neo con la melódica y melancólica ‘En 5 minutos’ y ‘Cirkus’, cuyo estribillo tiene muchas papeletas para convertirse en un nuevo himno generacional dentro del metal.
Mirando a los ojos
Una cosa me gustó mucho del frontman Germán. Daba la sensación que no cantaba al público, cantaba para el público. En cada una de sus canciones e interpretaciones, Germán las realizaba mirando a los ojos de cada uno de los asistentes. Los quería tocar, cantar junto a ellos, entre ellos y con ellos. Seguramente terminó el concierto y se quedó con las caras de más de la mitad de los jóvenes que disfrutaban saltando y empujándose con gran bravura.
Junto al vocal Germán, Álvaro a los palos, la guitarra ácida y pesada de Alberto Marín (kaothic, ex avulsed), la nota agresiva a las cuerdas de Fernando Lamoneda y el sonido grave del bajo Pepe Arios, forman todos ellos un grupo compacto que supo tratar con mimo a un público amigable, dándole de su agua incluso e ilusionando a los chavales que constantemente se veían con la posibilidad de aportar su granito cantando algún estribillo o coro.
La fiesta metalera va llegando a su fin desglosando los temas de su ‘Neo’ con ‘Carpe Diem’, su balada desgarradora ‘Creer’ y finalmente con el doble bombo de ‘Anestesia’, tema de su anterior trabajo ‘Dentro’.
La noche terminó con el grupo al completo, técnicos de sonido incluidos, agradeciendo a todos los allí presentes la actitud mostrada ante su música y teniendo tiempo al final para hacerse las fotos que sean necesarias y hablar cara a cara de las opiniones generadas tras el concierto.
Un diez a Skunk. D.F. Un grupo sólido, cañero a más no poder (hace tiempo que ‘Planta Baja’ no vive una descarga tan potente) y comprometido en sus letras y música con una sociedad que no les termina de convencer, emanando fuerza de los bafles y lo que es más importante, contagiando crudeza a la hora de comunicar y expresar sus opiniones.
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