Esta web utiliza 'cookies' propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las 'cookies'.
Cerrar
Muse: espectáculo audiovisual con energía, clase y música de calidad.
Muse en el Palacio de Deportes de Granada
Espectacular concierto del trío británico Muse a su paso por la ciudad de la Alhambra, en su única cita dentro del territorio sur peninsular, donde los más de 9.000 asistentes procedentes de toda Andalucía que se dieron cita en el Palacio de Deportes de Granada gozaron de una psicodelia...
Muse en el Palacio de Deportes de Granada
Espectacular concierto del trío británico Muse a su paso por la ciudad de la Alhambra, en su única cita dentro del territorio sur peninsular, donde los más de 9.000 asistentes procedentes de toda Andalucía que se dieron cita en el Palacio de Deportes de Granada gozaron de una psicodelia, pop, rock y hasta hardcore en un atractivo directo, con una trabajada puesta en escena llena de animaciones visuales y un sonido impecable que completó una noche de excepcional calidad musical.
Matthew Bellamy (guitarra, piano y voz), Chris Wolstenholme (bajo) y Dominic Howard (batería) son sólo tres músicos. Tres personas capaces levantar a miles de fans enfervorizados por una música a veces emotiva, a veces melancólica y a veces contundente. Así es Muse, capaz de hacerte la canción más cañera y después interpretar una balada pianística que te transporte a otros mundos con sólo cerrar los ojos. Pero no íbamos a cerrar los ojos, el precio del ticket no invitaba a ello y el espectáculo audiovisual que contemplábamos no permitía la distracción.
El espectáculo dio comienzo con el segundo single de su último trabajo “Absolution, 03”, el tema titulado “Hysteria”, con el que Matthew Bellamy ya empezaba a entrenar su garganta para ir, a lo largo de la actuación, de menos a más cogiendo unos tonos agudos inalcanzables para otros cantantes. A continuación siguieron el show con “Dead star” y “New born” del penúltimo trabajo de nombre “Origin Of Symmetry, 01”.
La pasta se estaba cociendo y era hora para añadir los condimentos. A esa altura de concierto unas pantallas audiovisuales al fondo del escenario nos hacían, más si cabe, introducirnos en la psicología de la canción con una serie de imágenes según la intensidad sonora.
Si la canción era lenta y sosegada como la instrumental “Force in”, las imágenes desde el interior del agua mirando para el cielo te hacían sentir en una nube. Si el ritmo te obligaba a saltar (doy fe que allí se saltó mucho en casi todo el concierto) como “The small print”, las pantalla te tiraba trozos de meteorito. Una tras otra fueron desmembrando temas de la discografía del grupo, con canciones de su primer trabajo “Showbiz” como “Muscle museum” o los de su penúltimo larga duración “Origin Of Symmetry”, con temas como “Plug in baby” o la psicodélica “Bliss”, con la voz alternando en la guitarra y el teclado, tres acciones en una sola persona: Matthew Bellamy.
El trabajo al bajo de Chris Wolstenholme y Dominic Howard con una contundente batería hizo compacto un grupo que no dejó insatisfecho absolutamente a nadie.
Con algo más de una hora de concierto realizado, el trío de Teignmouth, un pequeño pueblecito al sur de Devon, en Inglaterra, se retiró durante cinco minutos para acabar de manera sublime un espectáculo venido a más durante su actuación. Tres canciones de “Absolution” fueron las elegidas para clausurar un concierto apoteósico. “Apocalypse”, “Blockout” y para terminar una hardcoriana “Síndrome de Estocolmo” que en conjunción con unos globos enormes con miles de papelitos en su interior para divertimento del respetable, espectáculo de luces, color, humo y proyecciones con animación intercaladas con imágenes de cámaras en los micros, sumaban todos los ingredientes para un impresionante sesión de pop rock internacional y de reconocido prestigio.
Y como si de un buen film se tratase, después del clímax último se acabó lo que se daba. Todos felices, todos sonrientes y nadie decepcionado. Muse, son sólo tres personas, pero vaya tres.
Matthew Bellamy (guitarra, piano y voz), Chris Wolstenholme (bajo) y Dominic Howard (batería) son sólo tres músicos. Tres personas capaces levantar a miles de fans enfervorizados por una música a veces emotiva, a veces melancólica y a veces contundente. Así es Muse, capaz de hacerte la canción más cañera y después interpretar una balada pianística que te transporte a otros mundos con sólo cerrar los ojos. Pero no íbamos a cerrar los ojos, el precio del ticket no invitaba a ello y el espectáculo audiovisual que contemplábamos no permitía la distracción. 
El trabajo al bajo de Chris Wolstenholme y Dominic Howard con una contundente batería hizo compacto un grupo que no dejó insatisfecho absolutamente a nadie.
