Fecha: 23-05-04
Sala: Planta Baja
Promotor: Wild Punk
Precio: 8/10 €
Dura y seca. Así fue la actuación del que fuera líder de la mítica formación americana “Testors” de los años 70, el carismático Sonny Vincent, en una solitaria noche de domingo (apenas 25 personas) en la que la sala Planta Baja se llenó de sonidos garajeros, vitolas punks y un saborcillo añejo de referencias ramonianas.
Fecha: 23-05-04
Sala: Planta Baja
Promotor: Wild Punk
Precio: 8/10 €
Dura y seca. Así fue la actuación del que fuera líder de la mítica formación americana “Testors” de los años 70, el carismático Sonny Vincent, en una solitaria noche de domingo (apenas 25 personas) en la que la sala Planta Baja se llenó de sonidos garajeros, vitolas punks y un saborcillo añejo de referencias ramonianas.
El concierto se presentaba atractivo aunque sólo sea por ver en directo a Sonny Vincent, un incomprendido en su época y conocido por sus problemas con la sociedad y arrestos policiales en su juventud, loca juventud.
A las once de la noche, este neoyorquino y su completa banda, entre los que están el batería de The Stooges, Scott Asheton y el bajista de Damned, Captain Sensible, hicieron, enfundados en sus chupas de cuero y peinados a lo Sid Vicious, una aparición tranquila pero contundente cuando se dispusieron a abrir su set de tan sólo cuarenta minutos con el hardcore de “Come for you”. Desglosando su último álbum en solitario 'The Good, the Bad, the Ugly', se comprobó cómo esta leyenda viviente del punk rock aún mantiene viva esa esencia del “viejo punki que nunca muere”. Sus armas para esto las encontraba en sonidos infectados, ruido amorfo, rock de garaje y unas patentes reminiscencias de los años setenta parecidas a grupos como los H.H.H. o a los mismos Ramones.
Auténticos “Frikis”, este cuarteto que bien se podían abanderar como los “héroes de la serie B”, supuran underground por los cuatro costados. Su repertorio consistió en una corta actuación que contó, sin embargo, con algo muy característico de las canciones punk de toda la vida: rapidez, contundencia, velocidad y ser abrasivas, como el flequillo de Captain Sensible.
Nada menos que 31 canciones despachadas en 40 minutos (incluyendo los cinco minutillos de regalo) entre las que se encontraban la fugaz “1-2-3-Boom”, “Primitive”, “French music sucks”o “Education” por nombrar algunas.
Y con el tema “Punch” acabó un bis, breve como pocos, que dio fin a un concierto de punk rock clásico, pero contundente.
Mr Sonny Vincent: todo un placer escucharle en familia, una familia de unas veinte personas que sin duda sabrá coger la esencia lo vivido. Porque así es el punk: velocidad y fuerza. Pero veinte minutos más de música no hubiera estado mal.
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