Nada más llegados vimos acabar la banda Max Romeo, lideradas por Maxie Smith, uno de los vocalistas más respetados del reggae. Pocos cantantes han sabido armonizar con tanta habilidad el fervor religioso del godspell, el desgarro del soul y los lamentos de la gente del ghetto. La banda consiguió conectar con el público, el cual comentaba como muy positiva la actuación del combo francés, cuyo principal éxito se ubica en Francia y Alemania.
Tras ellos pudimos ver en el otro escenario al grupo malagueño Tabletom, con el peculiar Rockberto (Roberto González) a la voz, con sus pintas de mendigo, y su desgarrada y poética voz, liderando una gran banda de músicos, destacando la sección de vientos (Pepillo, Agustín Carrillo) y el magnífico guitarrista (Perico). La banda llleva más de 30 años en esto de la música. Nunca han tenido un gran éxito comercial reconocido. De hecho, la canción que más derechos de autor les ha generado –"Me estoy quitando", un homenaje a Camarón y todo un himno en Málaga–, creada por ellos e incluida en su disco Inoxidable de 1992, fue conocida fuera del círculo del grupo gracias a que los extremeños Extremoduro la grabaron versionada en su disco Agíla. En los últimos discos del grupo, gran cantidad de las letras son adaptaciones de poemas del escritor malagueño Juan Miguel González.
Pudimos comprobar su estilo único consistente en aunar una base musical sólida y solvente que viaja a lomos del rock, el jazz y el flamenco con la poesía de Roberto que emana desde un chorro de voz.
Para finalizar y con casi media hora de adelanto sobre el horario previsto, aparecían los cubanos Orishas sobre el escenario, llenando el aforo con un ambiente de lo más heterogéneo, transportándonos a través de sus ritmos a la misma habana.
Tocaron temas clásicos y actuales, haciendo en todo momento partícipe a un público con grandes dosis de entusiasmo.
Por finalizar, cabe aludir al momento del cumpleaños feliz……en el que todos participamos de la fiesta y remataron la noche de fusión del festival.
D.Piña