Santander Summer Festival [10 August 2005 02:59 AM]
RockAndaluz estuvo en Santander cubriendo el Santander Summer Festival, que se celebró los días 8 y 9 del pasado mes de julio.

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Santander Summer Festival – Recinto Playa Rostrio, Santander
Entradas: Día 45 €, Abono Dos Días 75 € , entrada noche (a partir de las 2:00h) 20€
8 y 9 de Julio de 2005

Gonzalo Gómez para www.rockandaluz.com

Este año la ciudad de Santander está celebrando su 250 aniversario, y con este motivo su agenda cultural está repleta de interesantes citas a lo largo de todo el verano. En este escenario se enmarca el Santander Summer Festival, un festival que se celebró los días 8 y 9 de julio en un lugar inigualable a orillas de una playa y unos acantilados a las afueras de Santander, en el recinto de la playa de Rostrio.

Un festival que nace a raiz de un aniversario institucional, pero con la ambición de asentarse y consolidarse como una cita anual en el más que poblado calendario festivalero de la escena nacional. Su apuesta inicial ha sido valiente y arriesgada, y como todas las inauguraciones, con luces y sombras, pero en general ha aprobado con nota alta, y los que allí estuvimos podemos decir que mereció la pena.

Los datos de asistencia proporcionados por la organización son los siguientes:

ASISTENCIA AL SANTANDER SUMMER FESTIVAL 
Viernes, 8 de julio - 14.790 personas 
Sábado, 9 de julio - 13.433 personas 
TOTAL - 28.223 personas 

Las primeras sensaciones las fuimos experimentando nada más llegar. Problemas de acceso por la gran cantidad de coches, había que intentar aparcar un par de kilómetros antes del recinto. Un autobús de línea realizaba el trayecto constantemente hasta las puertas. El lugar, de postal. Las playas y acantilados del Cantábrico como telón de fondo, y el tiempo que acompañó y respetó el festival. Todo preparado para un fin de semana festivalero como Dios manda. La zona de acampada tal vez un poco justa de sitio y los clásicos problemas de escasez de WCs, higiene y demás, pero quien quiera lujos que se pague un hotel y no venga a un festival playero.



Y empezaron los conciertos. Por los problemas de tráfico no llegamos a tiempo para ver a los sevillanos Maga o El Columpio Asesino. Una auténtica lástima. Ocean Colour Scene abrieron el escenario principal. Su actuación se centró sobre todo en sus dos primeros discos, con las clásicas The Circle, The Riverboat song, Hundred Mile City, Don’t Wanna Fight No More y demás éxitos. Con un público entregado a los sonidos guitarreros y una potente batería, fue de lo mejor del día. Cerraron con The day we caught the train y el público coreando. Las reminiscencias del brit-pop volvieron a correr por nuestras venas.



Con Morcheeba conocimos a su nueva cantante. Un concierto también muy esperado pero que a nosotros no nos terminó de convencer. Para esa hora había ya mucho público congregado frente al escenario principal. A pesar de los bailoteos de la gente, la cosa no se terminaba de animar y finalemente nos quedó la sensación de que esperábamos algo más, después de tanto bombo y platillo en Nosolomúsica y demás espectros de “tendencias”. Pero la antesala del momento más esperado de la noche había pasado y finalmente pudimos disfrutar con los hermanos químicos más fiesteros de la electrónica mundial. Empezando a destapar la caja de las esencias con Hey Boy, Hey Girl, llegaron los Chemical Brothers. A partir de ahí una multitudinaria fiesta aliñada con mesas de mezclas, teclados y proyecciones de sus videos y paranoias varias en pantallas laterales y una gran central. La gente pasándoselo en grande y nosotros también, manos en alto pidiendo más. Triunfaron y dieron un bis largísimo. Y la luna cántabra alumbrando la fiesta y el mar. ¿Se puede pedir más?



La fiesta se prolongó en las carpas, con variopintas mezcolanzas de música tecno, DJs y electrónica diversa, que le dio al festival un toque tal vez demasiado tecnológico en detrimento de los poppies e indies y demás especimenes que a esas horas deambulábamos por el recinto.
Ya el sábado, con un horario demasiado temprano y demasiado marginados en los escenarios secundarios, las apuestas más alternativas como Hacia Donde, Sterling o The Fever quedaron en un modesto segundo plano. Pero cuando ya empezaba a caer el sol y con la arena de playa aun pegada por todo el cuerpo, llegaron los granadinos para despertar de nuevo el festival.



Los Planetas son Los Planetas, y con esta perogrullada se explica todo. O los amas o los odias. O das botes en su concierto como una quinceañera o bostezas de hastío. Pero esta vez, tal vez más temprano que otras veces, estuvieron incluso por encima de las expectativas. Con un J cantando mejor que otras ocasiones e incluso sonriendo y dejando cantar al público en Un Buen Día. Y los incondicionales coreando todos sus antiguos y nuevos temas. “San Juan de la Cruz”, “Deberes y Privilegios”, “Corrientes Circulares en el Tiempo”, “Nunca me entero de nada” y “124”, la instrumental del “Contra la ley de la gravedad”, a la que en directo le añadieron letra. Eric como siempre inconmensurable en la batería, y con la gente cada vez más entregada. "De Viaje", "Prueba Esto", "Nuevas Sensaciones", "Cumpleaños total" y "La caja del diablo" y la nueva "Alegría del Incendio", que nos gustó bastante. Eric terminó tirando la batería por el suelo.



Los neoyorquinos Sonic Youth cumplieron las expectativas de sus numerosos fans aunque no llegaron a caldear el ambiente en exceso. Con un Ranaldo espléndido y Kim luciendo minifalda, cerraron la actuación con Teenage Riot. Y Rinocerose nos sorprendió muy positivamente, con su música de baile de guitarrazos y percusiones a tutiplén, animando y haciendo bailar y saltar a la gente. El público disfrutó mucho con los franceses.



De nuevo en las carpas, más caña electrónica, destacando a 2Many DJ’s. La noche se prolongó hasta el infinito y el sol salió para marcar el fin de este recién nacido festival que esperamos se repita el año que viene, a orillas del Cantábrico.
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