No hay nada más reconfortante para afrontar la semana que disfrutar de una tarde noche de domingo. Si la forma de disfrutar es asistiendo a un concierto, mejor. Pero, si encima es un buen concierto de brutal death metal, de los que no abundan precisamente por nuestras latitudes, como diría Papuchi,”muchisisisisimo mejor”.
No hay nada más reconfortante para afrontar la semana que disfrutar de una tarde noche de domingo. Si la forma de disfrutar es asistiendo a un concierto, mejor. Pero, si encima es un buen concierto de brutal death metal, de los que no abundan precisamente por nuestras latitudes, como diría Papuchi,”muchisisisisimo mejor”.
Bromas aparte, lo primero es agradecer a Grotesque Productions la oportunidad de asistir a estos eventos por los que más de uno (y de cien) está realmente interesados. En esta ciudad no solo de Heavy Metal se puede vivir, y parece que poco a poco con el gran trabajo de algunos la escena más extrema de la ciudad está cobrando vida.
Vayamos al grano. A las 20:00 horas, estábamos citados en la Sala Salvation de Sevilla. Buen ambiente fuera de la sala, algunas cervecillas y muchas camisetas de Cannibal, Deicide, Immortal, etc. Muchas caras conocidas de la escena extrema Sevillana y andaluza. Gente de Dying, Neter, Soriben, The Forge, Orthodox, Anvil of Doom (Xerez), Kevlar Skin (Córdoba), etc, con lo que rápidamente nos sumergimos en distintas conversaciones comentando también el concierto del día anterior en Palomares del Río (Dying, Soriben y Anvil of Doom estaban en el cartel).
Pasadas las 21:00 horas y ante unos 120 espectadores abrieron Brutus. El concierto empezó con mucha intensidad y fuerza pero también con muy mal sonido, sobretodo del bajo que sonaba a “cable roto”, no se si me entendeis.
Una vez los cantantes (los dos guitarras y el bajista berrean al unísono) pusieron fundas a sus micros para evitar posibles calambrazos, el concierto continuó. Brutal death muy intenso y potente, ritmos “blast beasts” por un tubo (yo diría que en mas del 90% de las composiciones) y toques de death metal escandinavo (algún riff más melódico) que lo hacen distinto al americano.
En definitiva, unos 40 minutos de caña a mil por hora, ideales para ir calentando a la peña, pues se nos venia encima algo grande...
Los cabezas de cartel eran los americanos Mortal Decay, pero el gran pelotazo (al menos para muchos) fueron los amigos de Malta, Beheaded.
Beheaded venía a presentar su nuevo disco “Ominous Bloodline” y desde el principio se les veía con ganas, sobretodo al cantante y frontman Melchior Borg. Se nota algo de cambio y de evolución en este nuevo trabajo en el cual los temas son más compactos y agresivos dando más importancia a la pesadez de los riffs que a las partes rápidas de batería. Sin embargo no pierden en absoluto la influencia de grupos de la talla de Suffocation, Cryptopsy y Dying Fetus entre otros.
La peña se empezó a dar estopa de la buena y esto hacía que los músicos pusieran más énfasis aún. Tema tras tema el ambiente iba subiendo y Melchior se iba dejando la voz entre los arrumacos del público y algún que otro espontáneo que pasaba de vez en cuando por el escenario.
Como todo lo bueno, se acaba pronto, y tras unos 45 minutos de descarga feroz , Beheaded se despidió con una gran ovación del (ya magullado) público. Conciertazo con todas las letras.
Para rematar la faena, ya que la cosa había estado muy “light”, se presentaron en el escenario Mortal Decay. Que os puedo decir, Brutal Death Metal de los U.S.A., rollo Deeds of Flesh, Disgorge, Caníbal Corpse, etc. Toques técnicos, temas rápidos con cortes a medio tiempo tipo Deicide. Voz gutural desgarrada (no del rollo Dying Fetus) y cantante que parecía haberse comido al de los Limp Bizkit con gorra y todo.
Poco antes de la media noche se acabó el concierto. La gente salió contenta e incluso tuvimos la oportunidad de charlar un rato en “cutringlish” con los Beheaded, alguna fotito y mucho buen rollo.
En fin, me apunto a más domingos como este, ¿y vosotros?.
Sergio Carmona
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