Veinte de enero de 2006. 22h. Sevilla. Sala Salvation. Hace más de un año desde la última actuación de Hamlet en Sevilla. Hay bastante gente en los alrededores de la Sala Salvation, pero no parece que haya demasiada expectación. El concierto comienza con media hora de retraso, lo que es casi una alegría acostumbrados como estamos en esta ciudad a los eternos retrasos.
Veinte de enero de 2006. 22h. Sevilla. Sala Salvation. Hace más de un año desde la última actuación de Hamlet en Sevilla. Hay bastante gente en los alrededores de la Sala Salvation, pero no parece que haya demasiada expectación. El concierto comienza con media hora de retraso, lo que es casi una alegría acostumbrados como estamos en esta ciudad a los eternos retrasos.
La sorpresa vino desde el principio: “Ceremonia Televisión”, un clásico de aquel visionario “Sanatorio de Muñecos” abría la noche. Siguieron con “Dementes Cobardes” que, a pesar de formar parte de un disco que, en su momento, a muchos de los seguidores de Hamlet no gustó, pasado el tiempo consiguió mover a las más de quinientas personas que allí había.
Dos temas del nuevo disco “Syberia”, que venían a presentar, “Aislados” y “Dame una señal” precedieron a lo que supuso uno de los mejores momentos de la noche: "Crónica antisocial", "Para toda la Vida", "Imaginé", "Serenarme" -tal vez el mejor tema del nuevo álbum- y "Jodido facha". Todos seguidos y casi sin descanso, con toda la banda metida hasta en fondo en el concierto en un escenario que se les quedaba pequeño.
Excepto las típicas primeras filas en las que se junta la mayor parte de jóvenes macarras -y que al fin y al cabo son los únicos que dan cierta vidilla- dispuestos a no parar un segundo en cualquier concierto, resultó cuanto menos curioso que gran parte de las personas allí presentes estuviera la mayor parte del concierto excesivamente estático. Tal vez el público del rock en España se esté haciendo mayor… y según un amigo la gente prefiere bajarse los dvd´s de los grupos por el emule y verlos en su sofá tranquilitos y con las babuchas puestas. Seguramente tenga parte de razón. Sin embargo, esto no supuso un problema para la banda, que parecía estar cada vez más motivada a medida que se sucedían los temas. Parece que el público -poco entregado- les sirvió de acicate para tocar cada tema con más fuerza y más motivados que el anterior. Impresionante la voz de Molly en directo.
En cuanto al sonido cabe mencionar lo bajo que se escuchó la voz en muchos momentos, todo un clásico de casi cualquier concierto. Por lo demás y, obviando pequeños fallos, el grupo sonó bastante bien, destacando la base rítmica que sonaba atronadora a pesar de la acústica algo pobre del lugar. Las tablas que demuestran tras tantos años encima de un escenario ponen de manifiesto la profesionalidad de un grupo que realmente merece una mayor proyección internacional. Personalmente, en cuanto al set-list, sólo una pega: faltó “queda mucho por hacer” el temazo de su penúltimo disco.
Y dos temazos para terminar la noche: Irracional y Límitate. Ni así pudieron conseguir animar al respetable, que seguía en gran parte muy arrimado a la barra, donde algunos se encontraban al parecer muy entretenidos intentando ligar con una camarera.
En definitiva, casi dos horas de un buen concierto de rock que tanta falta hace en Sevilla.
Juan Manuel Vilches Rock Andaluz
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