Con un poco de retraso salieron a escena Orthodox, con sus capuchas y su total indiferencia hacia el público; grupo que poco a poco va atrayendo más público, pero que debería hacer menos conciertos en tan poco tiempo ...
Con un poco de retraso salieron a escena Orthodox, con sus capuchas y su total indiferencia hacia el público; grupo que poco a poco va atrayendo más público, pero que debería hacer menos conciertos en tan poco tiempo (aunque con la escasa escena de conciertos de Sevilla tampoco nos vamos a quejar), al final acabarán poniéndose de moda con su original puesta en escena.
Esta vez fue algo distinto el concierto, para empezar desde el primer acorde ya se reconoció que esa canción no la habíamos escuchando nunca, así que ya prometían dar nuevas dosis de su doom cofrade, en esta ocasión el tema era incluso más repetido e hipnótico de lo normal, recordándome más que nunca a Sunno))), la batería a veces se iba totalmente del ritmo e improvisaba haciendo que todo fuera una locura, ya que los 10 minutos con casi el mismo riff dejaban exhausto.
Siguieron con una parte de “Arrodíllate ante la madera y la piedra” como siempre ejecutada a la percepción, pero lo mejor fue cuando vino el siguiente tema nuevo, que dejó a toda la sala callada y con los pelos de punta, la voz no presento tanta distorsión y la batería iba a un rimo más rápido del habitual, con mucho toque de plato, la melodía era de lo más oscuro que han compuesto y era, dentro de lo habitual en este grupo, más asequible pero nos dejó a todos acojonados.
Después del (agradable) terror que habíamos pasado, siguieron con “El lamento del cabrón” e igual que en la anterior no la tocaron entera, y finalizaron como siempre apagando los “amplis” a la vez y dejándonos con la boca abierta por más veces que los veamos, sin despedirse (tampoco dicen hola nunca, jeje), y todos deseosos de que llegue por fin su segundo álbum. Además charlando con ellos comentaron que la primera canción le faltaban todavía varios arreglos que la harán más tenebrosa si cabe, habrá que ir preparando los cirios y los capirotes que se va a poner de moda la semana santa.
Eso sí, lo de doom rock en la publicidad, será para atraer más gente, de rock tiene poquito (siguiendo una imagen clásica del rock claro) y mucho mucho de doom…
Crónica por: Enrique Lería
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