Grupo : La Fuga
Sala: “Q”
Fecha: 25/11/06
Ciudad: Sevilla.
Me levanté un sábado cualquiera dando cuenta, como suele ser habitual en mi, en el panorama del rock nacional actual, y de cómo la decadencia artística en este ámbito ha llegado incluso a cuestionarme el por qué mis oídos tienen aún algo de esperanza.
Esa misma noche tenía una cita ineludible en el polígono Calonge de mi ciudad, Sevilla. Concretamente en la “Q” , una de las pocas salas de renombre que componen el abanico de posibilidades músico-rockeras en esta nuestra tierra, Andalucía.
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Y así fue. Sobre las diez de la noche nos dirigimos mi compañero y yo hacia tal evento con cierta expectación, y porque no, con un atisbo de ilusión.
Nada menos que una banda ya consolidada en los noventa, y con más de un disco en la mochila esperaba el calor de más de ochocientas personas que canturreaban las letras de estos callejeros cántabros.
Un gran cartel negro de “La Fuga” presidía la trasera del escenario que parecía fundirse en los amplificadores con las válvulas ya bien calientes, como si no pudiesen esperar más para escupir el sonido de las guitarras. Los focos hacían de las suyas enviando destellos a los herrajes, engañando una posible salida de los músicos. Algún que otro pipa ultimando detalles técnicos. El ambiente cada vez más intenso, más caldeado…
Al fin, sobre las once de la noche “Rulo” cantante y bajista del grupo, acompañado de su gente y arropado por ya cerca del millar de seguidores cogió su herramienta y empezó el “recital”.
La multitud se recreaba en los temas, clásicos y menos clásicos, y la banda se sorprendía al ver que desde la otra punta del país sus versos eran retenidos por el personal. Hay un momento -si no recuerdo mal- en el que se alude a este efecto, cuando se escuchó por algún micro: - ¡os la sabéis todas, la ostia! -.
Hubo momentos verdaderamente emocionantes -todo hay que decirlo- . A mi, personalmente me impactó el tema “Nunca Mais” el cual me hizo recordar todo lo que a veces puede que se nos olvide…
Y con esto y lo otro, con aquello y algo más, se sucedieron más de hora y tres cuartos de buena música y buen ambiente. Dos bises de rigor completaron el acto y la guinda la colocó Fernando Madina ( cantante de Reincidentes ) donde intentaron cantar a duo el mítico “ D’aquí pa’allá “ que resultó aceptable (teniendo en cuenta la relevancia del tema).
El concierto se dio por concluido con la intervención obligada por la presión de los presentes de uno de los técnicos componentes que se marcó un inciso chascarrillo deleitando a la multitud con la característica gracia norteña.
En cuanto al sonido no voy a recalcar las ya sabidas deficiencias de la sala por su dimensión y acústica. Digamos que fue suficiente, aunque desvirtuó en algunos momentos los incisivas melodías de algunas canciones y recalcó las limitaciones del cantante en su registro vocal. No obstante cualquier técnico de sonido que ha osado maquillar una sonoridad equilibrada en aquella nave merece algo más que reconocimiento porque, la verdad, no me gustaría estar en su papel.
Redacción: J. Del Rey
Fotografía: Pablo Glez.
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